John White Abbott (1763-1851) nació en Exeter, Devon, donde ejerció como boticario y cirujano. Artista aficionado entusiasta, se relacionó con los mismos círculos distinguidos de Exeter que Francis Towne (1739 o 1740-1816), amigo íntimo de su tío, James White. Abbott recibió lecciones de Towne desde muy joven y se convirtió en un importante amigo y mecenas suyo. Imitó fielmente su estilo, realizando dibujos topográficos con precisos contornos a tinta y capas de color planas y nítidas.
La mayoría de los temas de Abbott eran oriundos de su Devon natal. En 1791 realizó su único viaje extenso fuera del West Country: una gira de dibujo por Escocia, el Distrito de los Lagos, Lancashire, Derbyshire y Warwickshire, y en 1797 visitó Monmouthshire.
Entre 1793 y 1812, Abbott expuso intermitentemente en la Real Academia como expositor honorario, y sus óleos fueron más elogiados que los de Towne. Sin embargo, se dice que nunca vendió un solo cuadro, pues todas las obras permanecieron en la familia y Abbott vivió como un aficionado. Abbott también era un gran conocedor de los grabados de los Antiguos Maestros, y este estudio inspiró la composición y las figuras que utilizó en sus paisajes.
En 1925, Abbott heredó Fordland, una finca en Devon, de su tío James White. A partir de entonces, pudo dedicarse exclusivamente al dibujo. En 1827, visitó de nuevo Monmouthshire, así como Gloucestershire y Wiltshire. En 1831, fue nombrado teniente adjunto de Devonshire.
Su obra se puede encontrar en numerosas colecciones públicas, incluido el Museo Británico, el Museo Victoria y Alberto, el Museo Ashmolean, el Museo Fitzwilliam, el Museo Royal Albert Memorial de Exeter y la Galería Nacional de Escocia.