Recuerdos de Suiza 1853
<p> Este cuadro forma parte de una colección de obras de mediados del siglo XIX que tenemos a la venta relacionadas con Suiza. Los cuadros fueron coleccionados por «Marie und Heinrich» como recuerdo de un viaje a Suiza en 1853. La pareja no está identificada, pero los escritos que acompañan a la colección están en alemán, francés e inglés, lo que sugiere que Marie und Heinrich podrían ser, de hecho, «Marie et Henri» o «Mary and Henry». Parece que en 1856 la pareja se instaló en Montmirail, a las afueras de París.</p> <p>Las imágenes de la colección evidencian la apreciación romántica del siglo XIX por el paisaje suizo y su mitología. Para Lord Byron, Suiza era «la región más romántica del mundo»; a finales del siglo XVIII y principios del XIX, el país se convirtió en un lugar de peregrinación para poetas y pintores de toda Europa, que buscaban experimentar por sí mismos la maravilla vertiginosa que inspiraban sus montañas y la belleza prístina de sus lagos.</p> <p>Además, estas imágenes no solo reflejaban los monumentos, las costumbres y las historias del país, sino que también fueron fundamentales para formar la imagen de Suiza en el siglo XIX. La colección incluye dos aguatintas del artista, acuarelista y editor de arte nacido en Zúrich, Rudolf Dikenmann (1793-1884), quien produjo miles de grabados vendidos a turistas, algunos de los cuales fueron coloreados a mano por sus hijas Anna y Louise, y por su hermano menor Johannes. Hay dos excelentes aguatintas con acuarela del pintor paisajista suizo Gabriel Lory le Fils (1784-1846), que formaron parte de un libro profusamente ilustrado de 'Costumes Suisses'. Otros trajes regionales suizos en la colección son de Franz Niklaus König (1765-1832), un pintor suizo de arte de género y retratos. Existen grabados de paisajes suizos del dibujante, grabador y editor Johann Heinrich Locher (1810-1892) y del paisajista y litógrafo Jean-Louis Jacottet (1806-1880). Otros temas de leyenda suiza incluyen al héroe popular Guillermo Tell y el intercambio de la sopa de leche en la Primera Guerra de Kappel (1529), donde los dos ejércitos beligerantes depusieron las armas y compartieron pacíficamente una sopa de leche.</p> <p>Estas costumbres y folclore, así como una idealización del paisaje y sus gentes, fueron clave en el siglo XIX, cuando la Suiza moderna se estaba formando: los líderes buscaban una historia común para este país fragmentado que creara un sentido de unidad y pertenencia nacional. Valores nacionales asociados, como la democracia directa, la neutralidad armada y la tradición humanitaria, persisten en la actualidad.</p>