Esta notable colección de obras pertenece al artista checo Leopold Billek (hacia 1820). Sus dibujos encarnan el espíritu del hombre renacentista y del eminente erudito Leonardo da Vinci —abarcando la razón, la ciencia y el saber— y evidencian un afán por analizar y documentar meticulosamente mediante la ilustración. Sus diversos temas abarcan la botánica, la zoología, la anatomía humana, la paleontología y la vulcanología, la ingeniería, la física y la mecánica, la historia, la religión, la heráldica y la cartografía, la mitología griega y las bellas artes.
Esta diversidad de temas ofrece una fascinante manera de descubrir las diversas influencias presentes en el arte de Bohemia-Moravia. Telč, la ciudad natal de Billek, es una histórica ciudad de arquitectura renacentista y barroca de origen medieval, situada en la encrucijada de las concurridas rutas comerciales entre Bohemia, Moravia y Austria. Las influencias culturales clave en la zona fueron la cultura cortesana de la sede real de los Habsburgo en Praga; el Renacimiento italiano, traído por artistas y canteros italianos del norte de Italia; la arquitectura gótica y los castillos medievales; y el arte popular y la artesanía local de la Moravia más rural. La obra de Billek, que combina elementos del Renacimiento italiano, el medievalismo germánico y una especie de individualismo rústico, parece personificar este fascinante crisol de culturas.
Parece que Billek mantuvo relaciones comerciales con el comerciante de arte y editor austriaco Joseph Eder (1760-1835), y que Eder publicó en Viena una colección de grabados en cobre de Billek. También se sabe que Billek realizó grabados a partir de dibujos del artista alemán de animales y caza Joseph Georg Wintter (1751-1789). También se pueden observar paralelismos entre las figuras de Billek y las de su compatriota bohemio Georg Emanuel Opiz (1775-1841), y entre los meticulosos mapas de Billek y las láminas cartográficas del excéntrico artista, autor y esgrimista bohemio Karl Timlich (1744-1825). Sin embargo, Leopold Billek posee una mano y una mente singulares, que se preocupó por firmar o rubricar muchos de sus bocetos y declarar la originalidad de su obra con un rotundo «fecit Billek».