Esta magnífica colección de diseños textiles de posguerra, obra anónima, se inscribe firmemente en la corriente del diseño innovador producido en Inglaterra tras la Segunda Guerra Mundial. Impulsados por la confianza y el crecimiento de la posguerra, los diseñadores crearon estilos marcadamente contemporáneos y vibrantes que elevaron el diseño textil a nuevas alturas. Las artistas que trabajaron en Inglaterra en la década de 1950 fueron fundamentales en esta revolución artística.
Influenciadas por la Bauhaus, las escuelas de arte británicas comenzaban a impulsar una transición del diseño, alejándose de la artesanía hacia una obra artística de mayor prestigio. A principios de la década de 1950, Eduardo Paolozzi fue contratado como profesor de Diseño Textil en la Escuela Central de Artes y Oficios, mientras que el pintor Alan Davie impartía Diseño Industrial. Entre los alumnos de Paolozzi a principios de la década de 1950 se encontraba la pionera diseñadora textil Althea McNish (1924-2020), con cuya obra se asemejan algunos de los diseños actuales.
La década de 1950 fue testigo de diseños frescos y progresistas que animaron al público y transformaron el hogar, a pesar de la austeridad constante y las paletas de colores sobrias. Los patrones y motivos se inspiraron en las audaces formas abstractas y biomórficas, así como en los colores saturados de artistas como Alexander Calder y Joan Miró, además de verse influenciados por los avances en ciencia, tecnología y diseño industrial. La estética de mediados de siglo marcó una ruptura drástica con las nociones convencionales inglesas de diseño textil para interiores —de chintz floral y formas naturalistas— y sus líneas limpias y formas abstractas siguen siendo populares e influyentes en la actualidad.